sábado, 7 de diciembre de 2013

El Automóvil



Cada día tenemos nuevos autos en Santiago, cada día mas familias se endeudan comprando a crédito una de las más deseadas adquisiciones después de la casa propia, muy entendible, puesto que tener un auto hoy es símbolo de independencia al transporte público y hasta financiera, pero dejémonos de chistes, porque en verdad si giramos el ángulo en que vemos esto hay otra realidad que no estamos viendo. Tener un auto en Santiago significa que tienes que trabajar y pagarle a la empresa con la que sacaste el crédito hasta que termine, significa reducirte a un auto más en la calle, víctima del excesivo  tráfico vehicular y dependiente de la responsabilidad del que está en el auto del lado, significa hacer de la COPEC otro hijo más al cual alimentar. Sin nombrar la revisión técnica y las mantenciones, comprarte un auto es una decisión compleja, la cual debes meditar muchas veces si quieres el auto solo para impresionar a la chica que te gusta o a tus amigos.

Pienso que el mundo sería más sencillo si el transporte personal no fuera tan masivo, este en un gran ejemplo de que los ingenieros creen que su trabajo no hace más que facilitar la vida de las personas, pero cuando veo un animal atropellado en la calle, arrollado una y otra vez, cuando miro los autos a mi lado y veo que de los cuatro asientos solo se está usando el del conductor, cuando el precio de las bencinas con ese sube y baja no hace más que subir y cuando mi familia usa el auto para ir donde mi tía que vive a 3 cuadras me doy cuenta que algo ando mal. Reflexionando el tema me parece que tengo una visión muy similar a la que tengo con la economía, odio el dinero, pero no hago más que admirar el sistema económico. Con los autos es igual, odio como este lujo se ha metido dentro de las personas y se ha vuelto casi indispensable para el hogar, pero de verdad admiro como un litro de bencina que no es muy distinto a un litro de leche o a un litro de Coca-Cola tiene una energía capaz de mover esa tonelada de hierro y carne humana unos 15 kilómetros. Algunos siguen admirando la magia de los libros de Harry Potter, yo creo que la ingeniería no tiene nada que envidiarle a esas escobas voladoras.

Cuando llegue mi momento de tener familia tratare a toda costa de no tener un vehículo, seré usuario del transporte público como lo soy actualmente, tratare de organizarme bien para no vivir muy lejos de mi trabajo y tratare de seguir compartiendo esta visión del tema, no para bajar las ventas de  los autos, para que veamos como los autos se están metiendo a nuestras vidas y que las generaciones venideras sean más críticas que la nuestras, para que el galán o la diva de la teleserie no les termine vendiendo inconscientemente el auto.

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